viernes

- ES UNA PELÍCULA POLICIAL

Poco a poco me voy introduciendo en el mundo del policía, que distinto se ve desde fuera, una vez que estás dentro no tiene nada que ver como imaginabas, es más duro de lo que parece. A nadie le gusta rodearse de mala gente ni tener que relacionarse con ellos, pero es una de las funciones propias de la profesión, si no, esto sería un caos. Ya estoy más familiarizado con la actuación que se debe hacer cuando alguien sale de comprar droga o como tratar a un infractor de tráfico al que le estás redactando la denuncia para que no se enfade más de lo normal y se complique la intervención. Todos tenemos derecho al pataleo cuando se nos toca el bolsillo, pero hasta cierto límite, sin pasarse, hay que entender que el policía hace su trabajo y que para eso le pagan, dejando aparte las leyendas urbanas de que llevan comisión o recaudan para la paga extra, que gilipollez!!!, si fuera así se podría poner 50 denuncias diarias y me pasearía con un Audi o Mercedes. Esa es una de las cuestiones que hace que seamos más odiados que la Policía Nacional, ellos no ponen denuncias de tráfico, nosotros sí, y como tocas el bolsillo del ciudadano ya somos los malos y ellos los buenos. Sin embargo la Guardia Civíl también pone denuncias de tráfico y se le tiene un miedo y un respeto, mil veces superior al que nos tienen a nosotros, supongo que nos ven como paletos de pueblo y ellos los preparados. Lo que la gente no sabe es que para ser Policía Local te piden unos estudios superiores a los de Policía Nacional o Guardia Civíl, con lo cual no deberemos ser muy paletos, en fin, siempre ha sido así y siempre será así.

Hoy es un día que me deparará una sorpresa, jamás pensé que me vería en medio de un barrio, con 100 policías y 500 personas de etnia gitana.
Nos llevan a una zona a las afueras del municipio, el cabo dice que no puede decir aún el porqué de la situación, cuando a lo lejos observo alrededor de 20 coches de policía nacional, tanto de uniforme como de paisano, mientras pienso, (no puede ser, no lo creo, UNA REDADA!!!).

Efectivamente, el grupo antidroga de la policía nacional, la UDYCO, nos avisan para que les acompañemos y les demos apoyo en el barrio más famoso de venta de droga del municipio, por si la cosa se complica, para que hayamos los máximos policías posibles. Me paro a pensar si estoy preparado para esta situación, sin haber hecho la academia, con sólo un mes en la calle aprendiendo lo más básico de la profesión, pero el cabo me saca de dudas, en seguida nos comenta que estemos tranquilos y que hagamos lo que ellos dicen. En teoría ellos entrarán en los domicilios y nosotros nos quedaremos en los alrededores para acordonar la zona a la gente y al tráfico. Ya tengo ganas de que empiece el espectáculo.

Mientras se ultíman los detalles de la operación, un hombre mayor que paseaba por la zona, se queda sorprendido al ver tantos policías juntos y ni corto ni perezoso se acerca a preguntar si pasaba algo, a lo que un policía nacional le contesta que no se preocupe que sólo vamos a rodar una escena de una película. No pude aguantarme la risa y me tuve que alejar del lugar para poder reírme agusto, la gente no tiene verguenza, el tío se arrima con todo su morro y pregunta que porqué estamos allí, buena respuesta la del compañero, el hombre se marchó convencido. Una tontería así puede poner en riesgo todo el dispositivo montado, si alguien hace una llamada alertando la presencia de tantos policías está todo perdido y el barrio estará alerta.

El cabo me da un escudo policial a la vez que me da las instrucciones, el punto en el que me voy a estar y como colocarme, mientras debo estar alerta a los balcones y ventanas por si empieza una lluvia de piedras contra la policía. No estoy muy seguro de que este escudo que parece de plástico pueda soportar esa situación, aunque si ellos dicen que sí, tengo que confiar en así será.

Nos montamos en el coche, una caravana de unos 20 coches tanto oficiales como camuflados nos dirigimos al lugar, estoy muy nervioso, no llevo ni 2 meses en la policía y voy a ser testigo de una redada. Se me acelera el pulso, estamos cerca, ojalá todo salga bien, supongo que tienen todo más que estudiado, mis compañeros no paran de reirse y de comentar que nos vamos a divertir, ojalá pudiera tener yo la tranquilidad que ellos muestran.

Accedemos al barrio, es un barrio con poco tráfico de vehículos y al llegar tantos seguidos la gente empezaba a mirar, de repente, se ve gente por las aceras correr por todos los lados, intentando entrar en sus casas, nuestros coches aceleran, nos han descubierto, se empiezan a repartir por las calles, nosotros giramos por la tercera, el conductor tira del freno de mano y cruza el coche en la calle, "VAMOS, VAMOS, VENGA, RÁPIDO, CADA UNO A SU SITIO", comenta el cabo, me pongo en el lugar indicado y empiezo a observar los balcones y las ventanas, no se observa a nadie, se oyen gritos, golpes, estoy muy tenso, es una situación que nunca he vivido, se me va a salir el corazón por la boca, observo a mi lado un coche camuflado de la policía del que se bajan 4 compañeros de paisano con pasamontañas puestos, es tal y como se ve en las películas, uno de ellos lleva una maza en la mano y corriendo se acerca a una puerta y comienza a destrozarla mientras los otros 3 pistola en mano esperan detrás, al cuarto golpe la puerta cede con la cerradura rota y entran a toda prisa gritando "POLICIA, POLICIA, QUIETOS", joder, como me gustaría ser uno de ellos.

Los minutos pasan y el caos ya va siendo menos, empiezan a salir de las casas algunos policías con gente esposada y cabizbaja, pero a mi me sigue gustando el detalle de los pasamontañas, está bien que no puedan reconocerte. Sientan delante de mi a 3 personas esposadas a la vez que a mi compañero y a mi nos dicen que los custodiemos hasta que llegue un coche patrulla para trasladarlos a comisaria. Ahí sigo yo con mi escudo en el brazo y sin parar de mirar a las ventanas y los balcones, sigue sin llover piedras ni ladrillos, mejor así.

Al cabo de 2 horas ya se observa menos movimiento, la operación llega a su fin. Estoy deseando llegar a casa y contar a mis padres lo que he vivido hoy. Ha sido increíble, juro que cada vez me gusta más mi trabajo. El cabo nos felicita por el trabajo bien hecho y terminamos el turno, conduzco hacia casa sin quitarme de la cabeza lo vivido hoy, aún me tiemblan un poco las manos, supongo que será de la tensión, espero poder conciliar el sueño esta noche.


Aquí la noticia:

http://www.laverdad.es/murcia/multimedia/fotos/22344.html

http://www.laverdad.es/murcia/20081018/region/macroredada-contra-droga-alcantarilla-20081018.html

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