domingo

- PRÓLOGO

Llevo 4 años trabajando de policía local, es decir, nada comparado con compañeros que llevan 20 y 30 años, pero es suficiente para darte cuenta que no todo es tan bonito como pensabas mientras opositabas. En este tiempo he pasado en la calle miedo, alegría, tristeza, satisfacción, frustración, intervenciones simples y otras no tanto. También he visto compañerismo, envidias, malas miradas, amistad, rencor, abrazos, dentro de un cuartel de policía, pero cuando sales a la calle, todo eso queda de lado cuando te ves "jodido". En la calle nos tenemos que enfrentar a muchas situaciones, y sólo os encontráis tu compañero y tú, por muchas rencillas que hayas tenido con él, no será otro el que te salve el culo ni otro el que le cubra la espalda a tu compañero. Evidentemente esto no es Miami, ni Nueva York, pero eso no significa que estés exento de riesgo, una persecución que por un mínimo error te puede costar la vida, una reyerta en la que puedes salir mal parado por una mano empuñando una navaja escondida, una madre llorando mientras su hijo influido por las drogas intenta agredirte, una chica llorando mientras su hermano yace ahorcado de una cuerda, etc ...

Todo ello compaginado con las malas miradas que recibes cuando paras 2 minutos a tomarte un café o a tomar un bocado, mientras el "parado" de turno le dice a su amigo el "licenciado", léase en tono jocoso, "míralos, cobrando como cobran y tomando café". Es curioso el comportamiento de la gente de éste país, bueno rectifico, de Alcantarilla, en el resto de municipios no sé como serán, pero hace unos años cuando todo el mundo trabajaba y ganaba dinero nadie si fijaba en nadie, ahora somos el centro de todas las críticas por pertenecer a ese grupo tan selectivo y de dudosa reputación llamado "funcionarios". Supongo que debemos vivir con ello.



No hay comentarios:

Publicar un comentario